martes, 27 de diciembre de 2011

Pisa y Venecia

Los alcaldes de Pisa y Venecia se pusieron de acuerdo para contrariar de súbito a los visitantes de sus ciudades, que durante siglos se han sentido por igual encantados, tanto de Pisa como de Venecia, haciendo trasladar y erigir, en secreto y de la noche a la mañana, la Torre de Pisa en Venecia y el Campanile de Venecia en Pisa. Sin embargo, no pudieron mantener secreto su propósito y, la noche misma en que querían transportar la Torre de Pisa a Venecia y el Campanile de Venecia a Pisa, fueron internados en un manicomio, como es natural el alcalde de Pisa en el manicomio de Pisa y el alcalde de Venecia en el manicomio de Venecia. Las autoridades italianas supieron llevar el asunto con toda discreción.

- Thomas Bernhard.

Just to keep you satisfied





Tú eras mi esposa, mi vida, mis esperanzas y mis sueños.
Para que entiendas lo que esto significa, me explicaré:
soporté todos los celos, así como todas las quejas.
Sí, lo olvidaba todo una vez en la cama contigo.
Oh, cariño, ¿cómo pudimos acabar así?
Déjame recordar...


Oh, y cuando nosotros parábamos las manos del tiempo,
incendiabas mi alma, mi único deseo
era amarte y pensar en ti con orgullo
y tenerte satisfecha.
No pudimos soportar la presión mental.
Ahora ves cuánto me has herido,
pero si alguna vez me necesitas, estaré a tu lado,
aunque los muchos momentos felices que tuvimos
realmente no puedan pesar más que los malos.
Oh, nunca amaré a nadie como te amé a ti.


Es hora de decirnos adiós, adiós cariño,
quizás nos encontremos más adelante.
Es demasiado tarde para ti y para mí, demasiado tarde para ti y para mí,
demasiado tarde para que llores...
Ah, lo intentamos, Dios sabe que lo intentamos.
Ahora es demasiado tarde para vivir y amar, es demasiado tarde.
Es demasiado tarde para ti y para mí, demasiado tarde para que llores.
En fin, todo lo que podemos hacer ambos es intentar ser felices.

viernes, 23 de diciembre de 2011

La canción más triste para el día más triste


Justo antes de que nuestro amor se perdiera dijiste:
“soy tan constante como una estrella polar”.
Y yo dije: “constantemente en la oscuridad,
¿por dónde queda eso?

Estás en mi sangre como vino sagrado
sabes tan amargo y tan dulce,
oh, podría beberme una caja entera de ti, cariño,
y todavía me mantendría en pie,
todavía me mantendría en pie.


Recuerdo aquella vez que me dijiste:
“el amor son las almas tocándose”,
sin duda tú tocaste la mía
porque parte de ti emana de mí
en estos versos de vez en cuando.

Me encontré a una mujer,
tenía una boca como la tuya,
conocía tu vida,
conocía tus demonios y tus hazañas
y me dijo:
“ve hacia él, quédate con él si puedes,
pero prepárate para sangrar”...


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Deshelarte...

No hay manera de que te filtres en mí si antes no te relajas y te dejas derretir lentamente, lentamente...


No hay manera.

...



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Don't give up...

Cuando todo parezca estar acabado, cuando alguien te haya desilusionado, o cuando creas que estás sola, no te rindas, porque tienes amigos... Y esta entrada va para ti, para mandarte un poco de cariño y que así te salgan mejor la pastela y el cuscús que pronto nos comeremos juntos. ¡Gracias por compartir momentos musicales conmigo en la distancia!









sábado, 10 de diciembre de 2011

El derecho a delirar

¡Hola!

No tenía muy claro el porqué ni el cómo. No sabía cuál era el motor que me impulsaba a crear un blog. Pero ahí estaba el deseo, como siempre, esperando a ser sondeado un poco más allá. Finalmente lo supe: me animé a hacer este blog gracias a ti. Porque cada palmo de tu espíritu que traspasaba me contagiaba de su vitalidad. Una vitalidad delirante, pero todos tenemos derecho a delirar...


Y el delirio es simplemente tocar la lira de otra manera: de-lirar. Hubo una época en la que mi lira era tocada con aire sombrío, (versa est in luctum cithara mea...) pero ahora aprendo a tocarla en este nuevo modo, con delirio, para así quizás hacer vibrar a todos con él.

A mí se me romperán algunas cuerdas de la lira, a ti se te derretirán las alas cuando estés en las alturas, pero nadie nos podrá acusar de no haber vivido. ¡A delirar!